Karl Krafft / Mercurius

“Bailen, pues toda la creación no es más que un escenario que he preparado para mi diosa, mientras que ustedes son meros actores obedeciendo el guión”

HISTORIA: Atormentado por su incapacidad de experimentar lo desconocido, Mercurius vagó por el mundo hasta descubrir la existencia del Trono y de Dai San Ten. Creyendo haber encontrado el origen de su miseria, se enfrentó a este por la posesión del Trono, asesinándolo y tomando su lugar como nuevo dios de la creación. Sin embargo, esto no consiguió liberarle de su aparente omnisciencia. Mercurius se convirtió en prisionero de su propia creación, tomando diferentes formas a lo largo de la historia hasta que en la Francia del siglo XVIII presenció la ejecución de una chica llamada Marguerite que ascendió a diosa Gudou y de la que se enamoró. Tras esto, Mercurius se propuso convertir a Marguerite en la nueva diosa del cosmos y que ella fuera la que terminara con su vida, dando así inicio a su plan.

PROCEDENCIA DE LOS FEATS: Dies Irae, Dies Irae: Interview with Kaziklu Bey y Kajiri Kamui Kagura. La versión de Dies en la que me basaré será Amantes Amentes, la única traducida y lanzada en el mercado occidental.

PODERES Y HABILIDADES:

DIOS HADOU: En el verso de Shinza Bansho existen dos tipos de dioses, Hadou y Gudou. Mercurius pertenece al primer grupo. La fuente del poder de ambos tipos de dioses son sus emociones y anhelos, de modo que cuanto más fuertes son estos, más fuerte es el dios, pero la manera en la que los utilizan es diferente. Unos representan la hegemonía, mientras otros la trascendencia. Mientras que los dioses de tipo Gudou trascienden a las leyes del mundo, no viéndose afectados por estas y creando las suyas propias, los dioses de tipo Hadou "pintan" la realidad con sus anhelos, cambiándola acorde con sus emociones e imponiendo sus leyes sobre el mundo. Por esta misma razón, dos dioses de tipo Hadou no pueden coexistir simultáneamente (salvo bajo leyes especiales, como la de Marie) y eventualmente acabarán chocando en una batalla de hegemonías donde el ganador sobreescribirá las leyes del perdedor y "pintará" toda la realidad con estas, mientras que dioses de tipo Gudou pueden coexistir en un número indeterminado.

EL TRONO: Es el centro del universo, la fuente de todo fenómeno y conocimiento. Está más allá del flujo del tiempo, lo abarca todo y es el "lienzo" donde un dios Hadou puede repintar toda la creación con su anhelo. Antes de Mercurius, hubo 3 dioses Hadou que lo ocuparon (Dai Ichi Ten, Dai Ni Ten y Dai San Ten), donde existía un único universo y una única línea temporal. Todo esto cambió con Mercurius, quien viniendo desde otro universo y otro eje de tiempo (se desconoce como puede ser esto posible), mató a Dai San Ten y convirtió el Trono en un multiverso compuesto por infinitos universos e infinitas líneas temporales.

Aunque su posesión no hace al dios más poderoso, estos sí que necesitan del Trono para emanar con la realidad. El sistema del Trono no puede ser superado hasta que la humanidad no alcance el nivel técnológico de la era en la que fue creado, cosa que el mismo Trono se encarga de evitar que suceda mediante la creación de observadores. Para llegar al Trono, el dios pretendiente debe atravesar una Singularidad (un agujero en el espacio-tiempo producido por el choque entre dos hegemonías), literalmente abriéndose paso por el universo hasta la dimensión del Trono.

UNIVERSOS VIVIENTES: Los dioses son literales universos andantes. La más pequeña gota de su sangre es comparable a un cuerpo celestial. La forma verdadera de Mercurius posee una masa tan descomunal que no puede salir del Trono y debe moverse por medio de proyecciones. Por este motivo, los que interactúan con él lo perciben como algo extraño e intangible que no debería estar ahí. El universo de Mercurius es Eigou Kaiki, el universo de la Eterna Recurrencia; donde todo el mundo repite la misma vida una y otra vez en un permanente time loop, los fantasmas son pensamientos residuales de bucles anteriores y el deja vú es una constante. Dando que Mercurius es el actual ocupante del Trono, su universo abarca toda la creación; sobre la cual Mercurius tiene control absoluto a todos los niveles.

EWIGKEIT: Fórmula mágica de Mercurius para crear superhumanos por medio del proceso de fusionar reliquias sagradas (llamadas Ahnenerbe) con el alma de sus portadores con la cual la energía metafísica del alma puede ser convertida en poder, dando como resultado a los miembros de la Longinus Dreizehn Orden. Todos ellos poseen atributos y características sobrehumanas; pueden devorar y asimilar almas para aumentar sus poderes, poseen una extrema longevidad, capacidades regenerativas y gracias a su densidad de almas, son inmunes a cualquier clase de arma creada por el ser humano, con la posible excepción de una bomba nuclear.

Posee 4 niveles: Assiah, donde la Ahnenerbe se activa y esta se materializa, aunque de una forma inestable e invisible; Yetzirah, donde la Ahnenerbe se materializa físicamente por completo en la forma de un arma y el individuo ya tiene un perfecto control sobre esta; Briah, donde el deseo más íntimo del individuo se vuelve realidad, pudiendo ser de tipo Gudou (si es para consigo mismo) o de tipo Hadou (si es para con los demás); y finalmente Atziluth, donde el usuario se convierte en un dios por derecho propio, que dependiendo de su anhelo será Hadou o Gudou.

MISTERIO: La emanación de la ley de Mercurius tiene un curioso efecto secundario en el mundo: el surgimiento de misterios, fenómenos naturales que empapados de la divinidad de Mercurius, terminaron tomando forma de dioses. Estos misterios acumulan poder con cada bucle temporal y son moldeados por las creencias colectivas de la humanidad. Tuvieron su apogeo durante la era de los dioses, pero fueron desapareciendo gradualmente a medida que la ciencia sustituía a la magia y la alquimia como método para conocer el mundo. Tras la revolución industrial, el único misterio que quedaba en el mundo era Methuselah, antiguo dios de la oscuridad, que continuó existiendo hasta su enfrentamiento con la LDO en 1944.

PSEUDO-OMNISCIENCIA: Mercurius vive atormentado por la precognición y la incapacidad de experimentar lo desconocido incluso desde antes de salir del vientre de su madre. No existe nada desconocido para él, y todo lo que hace ya lo experimentó antes. Por esta razón, Mercurius posee algo muy cercano a la omnisciencia. El responsable de esto no es otro que el mismo Mercurius, debido a la demencial cantidad de conocimientos y experiencias acumulados tras una cantidad incontable de reinicios con su Acta est Fabula (ver abajo).

TÉCNICAS:

LLUVIA DE COMETAS: Mercurius transforma una cantidad incontable de almas en cientos de cometas y los arroja al enemigo. Cada uno de estos cometas posee una fuerza comparable a la totalidad de la legión de Reinhard, que se compone de varios millones de almas. Esta técnica es apenas más significante que una hebra del cabello de Mercurius. Dado que según Kei, alguien con tan "solo" mil almas ya podría sobrevivir a una bomba nuclear, solo podemos especular sobre el poder individual de cada cometa, que decir de su totalidad.

SEQUERE NATURAM: Mercurius reúne todas las estrellas del cielo y las condensa en la palma de su mano, generando una enorme supernova que se extiende por el universo en menos de una fracción de segundo desintegrando todo a su paso, incluso a los dioses. Con esta técnica mató a Nero Satanael, el anterior ocupante del Trono.

DURA LEX SED LEX: Mercurius remodela el superespacio para causar una anomalía gravitatoria que aplasta a sus oponentes, convirtiendo el lugar donde se produce el ataque en un gigantesco espacio vacío. Básicamente, el Gran Atractor.

AUREA MEDIOCRITAS: Mercurius alinea todas las estrellas de su territorio en una gigantesca cruz que se extiende por todo el multiverso, causando un tsunami de atracción gravitacional tan potente que hace estallar desde dentro hacia afuera a todo el que se encuentre en las proximidades, sea mortal o semidios.

OMNIA FERT AETAS: Mercurius reduce el multiverso entero a partículas elementales y lo envía por el eje del tiempo hacia el pasado, lo que provoca una paradoja cuántica al existir dos multiversos al mismo tiempo. Para resolver la paradoja, el mundo destruye ambos multiversos. Aunque la técnica se mostró inefectiva contra Ren y Reinhard, en teoría debería ser capaz de borrar de la existencia a cualquier cosa que se encuentre entre ambos cosmos.

DISCE LIBENS: Mercurius comprime todas las estrellas del multiverso en un súper agujero negro de materia oscura que destruye por completo todo su territorio hasta condensarse y borrar toda la existencia. Puesto que Mercurius utiliza la totalidad de las almas bajo su dominio para este ataque, solo puede ser resistido por alguien que iguale o supere su divinidad.

ATZILUTH: VIVE MEMOR MORTIS — ACTA EST FABULA: El Atziluth de Mercurius. Todas las habilidades de Mercurius son un subproducto de esta ley. Manifestación del deseo de Mercurius de "Me niego a aceptar este final", "Quiero morir en los brazos de Marguerite" y "Quiero empezar de nuevo". Como consecuencia de este anhelo, el mundo se reinicia cada vez que termina de una manera con la que Mercurius no está satisfecho. Se activa automáticamente en el momento de la muerte de Mercurius y gracias a su increíble terquedad, esta ley es de una fortaleza y perfección sin igual, ignorando el reinado de otros dioses Hadou, activándose incluso si Mercurius se suicida, afectando incluso espacios donde el tiempo no existe como el Trono, a seres más poderosos que él (como Hajun) o a su propia Apoptosis (Reinhard). Es una paradoja de la que Mercurius no puede escapar, no siendo consciente de que su propia Atziluth es el momento de origen de la Eterna Recurrencia que tanto le atormenta (el Trono está más allá del flujo del tiempo, así que no hay contradicción). La única forma de evitar esto es matando a Mercurius antes de que termine la emanación de su ley o dándole el final que desea muriendo en los brazos de su waifu.